Y a ti, ¿Qué tipo de relación te gustaría tener con el dinero?

Alguna vez, te has preguntado ¿Qué significa el dinero para ti?, ¿El dinero que recibes te ha permitido alcanzar tus metas? o ¿Desde pequeño se interesaron tus cuidadores por enseñarte a manejar el dinero?, estas son algunas preguntas que pueden ayudarte a identificar, cuál es la relación que has construido con el dinero a lo largo de tu vida.

Debemos comprender que, la relación con el dinero se asemeja a nuestras relaciones sociales o familiares. De esta manera se pude fortalecer o debilitar, todo depende del tipo de relación que queramos construir. 

La relación con el dinero hace referencia a la forma como pensamos, sentimos y actuamos con respecto al dinero, incluyendo nuestras creencias, actitudes y comportamientos.

Existen diferentes tipos de relaciones que de seguro no te habías dado cuenta, en qué tipo de relación estas. Por eso, a continuación, presentamos 3 relaciones y sus comportamientos asociados.

Relación Cercana:

En esta relación, la persona se siente tranquila y segura frente a sus finanzas, porque tiene conocimiento de cuanto son sus ingresos, cuantos son sus gastos, logra tener un nivel de deuda sostenible, se interesa por conocer sobre educación financiera básica y se tiene conocimiento de cuáles son los factores de riesgo que hacen que la relación con el dinero se deteriore. Adicionalmente, lo lleva a la práctica realizando una serie de acciones comprometidas (presupuesto, ahorro, fondos de emergencia, planificación financiera, etc).

Las personas gastan sin temor, sin culpa, disfrutan hacer uso de sus recursos o invierten dinero con seguridad financiera., quien tiene este tipo de relación con el dinero habla con tranquilidad con el núcleo familiar, de manera abierta y sincera. Se resalta en este tipo de relación que es la persona quien controla el dinero y no de manera contraria.

Relación Distante:

Se caracteriza por un comportamiento de apatía, desinterés y evitación frente a sus finanzas., si bien puede manejar dinero, cuentas bancarias y tarjetas de crédito, lo hace sin conocimiento o de manera impulsiva. No se tiene un interés para manejar de manera responsable el dinero, por ejemplo, no hay un plan de ahorro, ni tampoco se tiene una planificación que permita alcanzar metas, relacionadas con la estabilidad financiera a largo plazo. Se identifican creencias distorsionadas como “la plata se hizo para gastarla, ya luego miramos como se paga”.  No se dedica tiempo para revisar extractos bancarios, ni tampoco se logra mantener o desarrollar hábitos financieros, hay incomodad cuando se habla sobre finanzas en el hogar, y se puede tener la falsa percepción de control sobre el dinero.

Relación Conflictiva:

En este tipo de relación el miedo, la angustia, la culpa y la frustración son estados emocionales que juegan un papel importante. Se experimentan con mayor intensidad, duración y frecuencia en la vida de la persona. Dado que, si bien hay una iniciativa por lograr un bienestar financiero, las “formas” de hacerlo, son desorganizadas y caóticas. La persona, un día puede tener la percepción de control sobre el dinero, y de manera repentina, puede sentirse frustrado al ver que no logra seguridad financiera o cumplimiento de metas, es frecuente estos picos emocionales de tensión y distensión que son cíclicos. Un ejemplo de ello, es gastar dinero para aliviar un estado emocional (tristeza) y luego de realizarlo, aparece la culpa por gastar dinero en algo innecesario y realizando dicha acción como una forma de alivio momentáneo. Por último, las personas tienen la creencia que el dinero “nunca alcanza” o “no es suficiente”, se puede percibir que las causas de los problemas económicos personales son externas, generando de esta manera una relación conflictiva.

Para concluir, el dinero hace parte de nuestra vida de manera permanente, es un medio para acceder a bienes y servicios, es una necesidad, pero también es una prioridad saber usarlo. El tipo de relación que se construye con el dinero impacta en el bienestar de una persona y su familia, por lo tanto, es saludable fortalecer la relación con el dinero. La asesoría profesional en educación financiera, economía del hogar, psicología y finanzas, entre otras, son servicios que garantizan una relación cercana y sana con el dinero.